

La mejor manera de conocer a un país es verlo desde
la visión de sus ciudadanos y es así como conocí
Mar del Plata. Willie y su esposa Liliana me
invitaron a ir a Mar del Plata. Salimos el Viernes y
pasamos 5 horas en coche bebiendo mate y compartiendo
cuentos de nuestras vidas. He probado el mate antes
de ir a Argentina pero no entendía su importancia
dentro del campo social. Lo importante no es en sí la infusión
herbal, es la acción social de tomarlo. Para los
porteños es un acto compartido entre familia y amigos
que hacen en los parques, en las casa, o por nosotros
en el coche durante el camino de viaje. Obviamente al
compartirlo con Willie y su esposa me alegró mucho
porque me invitaron a participar en una de sus
tradiciones de familia.
Después de kilómetros y kilómetros del campo subimos la colina
y de repente el mar se nos presentó el mar.
Pasábamos las playas grandes que marcaban el famoso
destino del verano. Lamentablemente no estábamos
en el verano, entonces en las playas faltaban la acción
normal de un día del verano. Sin embargo la vista
magnifica quedaba y para nosotros era fácil de manejar
a través de las calles.
Por el principio de otoño nos notaron bien el viento
heleado del sur Antártico y tuvimos que ponerse la ropa de
abrigo. A pesar del tiempo, paseamos por las calles
para ver los lugares famosos de esta ciudad. El día
era fresco pero con mucho sol entonces estábamos
cómodos durante el camino. Después de visitar El
Complejo Casino ( en donde ganaría 50 pesos la noche
siguiente), pasamos por La Rambla y fuimos al Torreón
del Monje. Al fin, comimos pescadosy frutos del mar
buenísimos en una restaurante cerca del puerto. Era un
Restaurante de la familia en la que trabajaban las
generaciones del mismo familia. Toda la comida era
fresca y habían comprado esa mañana en el puerto.
Completamente llenos, fuimos al barrio de los puertos
donde amarran y parten las lanchas de pescadores. Alrededor
al puerto había gente vendiendo pulpo, sardinas,
salmón, calamares, y langostas. Los pescadores han
terminado su trabajo antes, entonces todas las lanchas
quedaban allá. Todo era tranquillo cuando un lobo del
mar, el macho, se subió a la banquina del puerto y de repente un grupo
de perros lo trataron de atacar. Todo el mundo estaba
tomando videos y fotos como si se tratara de una serie
de Geográfica Nacional. Al fin todos los participantes
en la lucha quedaron bien y les cuento que pienso que
el lobo del mar fue el ganador.
Gracias a Willie y Liliana tuve la experiencia
maravillosa de conocer uno de los lugares más
famosos de Argentina. Estoy agradecida por la amistad que Willie y
Liliana me mostraron y que me compartieron una parte
de su país. También Willie me mostró uno de sus trucos
de cartas, y todo el mundo sabe que un mago nunca le
enseña sus trucos a alguien a menos que le tenga la
confianza completa para esa persona. Para mi significa
mucho que me lo ha enseñado.